domingo, 22 de abril de 2012

El futuro y la Minería en Perú


El mayor capital de una nación es el capital humano. Respóndete estas preguntas y gana una respuesta sin contaminación:

¿Con la inversión minera en Perú se invierte en el capital humano? Con la minería se atenta contra el medio ambiente sí o sí y para que el humano pueda vivir y superarse, como requisito, antes que nada, necesita del medio ambiente. ¿Capital humano en Perú? Todos los trabajadores rasos en una minera, del subsuelo, son peruanos, provincianos por lo general. Los que gozan de beneficios y tienen altos cargos son, en su mayoría, extranjeros o pertenecen a la capa peruana inamovible, citadina, injustamente beneficiada en una nación de beneficios extremadamente dispares.

¿La minería es una inversión con futuro? En la actualidad la humanidad afronta graves problemas por el consumismo, exterminación de recursos naturales, abuso de las industrias extractivas, contaminación, explotación laboral,… Entonces, algo anda mal indudablemente. Tenemos que dar el salto y no seguir con ese continuismo destructivo. Es ilógico persistir en lo errado y, peor aún, viendo que, cada vez más, aparecen alternativas serias de cambio en el planeta. Y lo sarcástico en nuestro caso, es que Perú puede vivir con inversión ecológica, responsable y sin minería, tan solo con arreglar el problema de la redistribución. Menciono 6 pilares, de allí se desprenden muchas oportunidades:

La agricultura: podemos ser reyes de la papa, limón, algodón, maíz, cacao, café, etc. a nivel mundial.
La pesquería: actualmente, en esta actividad, somos el segundo país en el planeta en volúmenes de pesca.
Turismo: no sé qué esperamos para ser una potencia en esta actividad, si muchos países como España, que no tienen la riqueza turística de Perú, convierten esa actividad en uno de sus mayores ingresos, ¿Por qué Perú no invierte seriamente en tal?

Si bien estas actividades no van a convertir a Perú en una nación rica de primer orden, sí le pueden dar la tranquilidad para dedicarse a otras tareas que sí lo harían. Así como el desarrollar la economía inmaterial – ‘la economía del saber’, para resumir a ésta diré a grosso modo sus componentes:
1 Tecnologías de la Información y de la Comunicación e Internet.
2 La propiedad intelectual, que no sólo comprende las patentes y los derechos de autor, sino también: marcas, publicidad, servicios financieros, asesoramiento a empresas, mercados bursátiles, el conocimiento médico (salud) y la enseñanza.
3 Bibliotecas, bancos de datos digitales, medios audiovisuales y juegos de video.
4 La Biotecnología, industria farmacéutica; bibliotecas y bancos de datos tradicionales.

También, tendríamos tiempo para hacer investigación científica (IC) que se retro-alimenta con la economía inmaterial y con todas las demás actividades antes mencionadas. La IC es un mundo por aprovechar y es muy necesaria por todos los problemas ambientales y sus afecciones al humano en la actualidad. Y Perú, Srs., es un excelente terreno para tal actividad. Gracias a que tiene casi todos los climas del planeta, vale decir, tiene mar-costa, sierra, selva. Su biodiversidad es envidiable, sus culturas ancestrales son riquísimas y son expertas en el aprovechamiento de la tierra y, sobretodo, en conservarla. Basta con decir que plantas nuestras son aprovechadas por otras naciones para crear medicinas, podríamos hacerlo nosotros. Imagínense la fusión de nuestras culturas con la modernidad de la tecnología, alimentándose entre sí en creación, conservación y producción, nadie nos para. Este año el periódico uruguayo “El País” entrevistó a Eduardo Gudynas, Secretario Ejecutivo del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), a propósito de la minería en Uruguay “Los países mineros quieren dejar de serlo”. Él viene observando hace 30 años, el desarrollo de las industrias de hidrocarburos y la minería en el continente. Sus conocimientos son muy importantes, acá algunos puntos preocupantes al respecto y que deberíamos analizar antes que sea tarde

- Los costos derivados de los impactos sociales o ambientales que tienen los emprendimientos mineros y que no son contabilizados por los ministerios de Economía. Así como la pérdida de renta agrícola-ganadera por los terrenos que se van a reconvertir en minería.

- Los gastos por los daños ambientales. En Ecuador, por la contaminación por la explotación de petróleo, la Justicia concluyó que tenía que pagar la empresa privada 8.600 millones de dólares. Eso nos da una idea de cuánto afecta

- Acentuarle al país un perfil de productor de materias primas inhibe otras opciones de desarrollo. Eso se denomina en la jerga de los economistas como “la enfermedad holandesa”, por una fase que pasó Holanda de exportar muchas materias primas. Entonces la moneda nacional se revaluó mucho, se compraron muchos bienes de consumo en el exterior, no se fortaleció la industria nacional -que es la que más genera empleo- y todo eso quedó muy dependiente de los altos precios de esas materias primas en los mercados internacionales o en los pocos mercados que las compran. Así la economía se vuelve cada vez más endeble.

- Cualquier atracción de inversiones está bien vista y no se la hace pasar por un cernidor de qué empleos genera o no genera y qué encadenamientos productivos puede o no proveer al país.

- El impacto territorial. La minería lo que hace es reconfigurar el territorio que se da en concesión, donde productores rurales dejan de tener control sobre su tierra. Hace 20 años, en 1990, en Perú había dos millones de hectáreas concedidas a mineras; en 2010 eran 21 millones de hectáreas.

- El material removido, sustraído y de desecho en el lugar. A eso se le llama “mochila ecológica” de las exportaciones. Ese es un cálculo indispensable para hacer cualquier evaluación seria del impacto ambiental. Ese dato no se conoce. Y el oro es el que tiene la mochila ecológica más grande.

- Aceptar el impacto ambiental y a vender energía barata y agua barata para atraer inversiones. En vez de ser una economía de punta que intenta despegar, se es más a una economía propia de los países mineros africanos que aceptan la llegada de estas empresas.

- En los países donde el control ambiental es riguroso y complejo los costos de operación suben mucho y se hace inviable hacer la extracción. En Perú hay miles de minas abandonadas que dejan en manos del Estado la remediación ambiental final de la mina abandonada porque las empresas que tenían la concesión desaparecen. Y los costos de la recuperación ambiental y la solución de los problemas de contaminación de las minas abandonadas exceden, en muchos casos, las ganancias que daban para el Estado esas minas en su fase de operación.

Leyendo a este especialista me reconfirmo en mi idea inicial: la minería por sus altos costos negativos no es ninguna de desarrollo y menos en Perú. Acá ni siquiera tenemos una nación con identidad ni muchos otros problemas sociales resueltos. Y si estuviesen resueltos, ni hablar aceptaríamos algo tan nocivo. Es por eso que los monstros de la minería no se encuentran en países desarrollados que cuidan de sí. Debemos mejorar sí, pero teniendo tantas alternativas, no se puede matar a la gallina de los huevos de oro.

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