Con once páginas de apuntes de pedidos para el presidente
Ollanta Humala salió monseñor Miguel Cabrejos Vidarte del templo de la Iglesia Evangélica
Presbiteriana, después de escuchar durante cuatro horas, a
puertas cerradas, a autoridades y dirigentes sociales cajamarquinos, quienes
hablaron bajo un solo credo: el proyecto minero Conga es inviable.
Algunos lugareños no solo expresaron sus demandas con palabras
–en español y quechua–, sino también con lágrimas, sobre todo cuando recordaron
el daño que les ha causado la actividad
minera en sus localidades.
Así, monseñor Miguel
Cabrejos y el padre Gastón Garatea concluyeron que,
pese a todo, la jornada fue “buena” y este será un primer encuentro.
“Es el comienzo de un camino largo”, alcanzó a decir
Garatea. El peregrinaje entre Palacio de Gobierno y Cajamarca recién empieza.
Además de escuchar a los cajamarquinos, monseñor Cabrejos
recibió formalmente un documento en el cual le piden que interceda para que el
presidente Ollanta Humala los escuche. Pero al mismo tiempo le demandaron que cumpla su promesa de
campaña electoral de defender el agua –ante el oro– de los cajamarquinos.
También exigieron que se investigue la muerte de cinco personas
durante los violentos enfrentamientos de la semana pasada, que se detengan las
obras del proyecto Conga y que se levante el estado de emergencia en las tres
provincias donde actualmente rige: Cajamarca,
Celendín y Hualgayoc.
Sin embargo, uno de los pedidos también consiste en que el
polémico proyecto minero sea sometido a referéndum en las poblaciones de influencia.
ACCIONES DEL EJECUTIVO
Ante esas demandas, el representante de la
Iglesia Católica indicó que él no es un representante del gobierno, sino un
facilitador, y que en tal condición llevará las propuestas ante el presidente
de la República Ollanta Humala para superar el conflicto. Anunció también que frente a
ello el Ejecutivo tomará algunas acciones.
“Ya vendrán después otros movimientos del
gobierno para seguir
este proceso”, expresó.
De igual manera, Cabrejos Vidarte invocó a
la paz y a esforzarse por “devolver mutuamente la confianza” entre el gobierno
y quienes se oponen al proyecto minero. “Nuestros hermanos han hablado. Esta es
una primera reunión, no tiene que romperse
el diálogo, eso es importante”, acotó.
En opinión del padre Garatea, lo sucedido
ayer también fue un primer paso, pero dijo que “se debe ir seguro”. Resaltó el
camino a un entendimiento que devuelva la paz a Cajamarca y que, al margen de
los gritos de “Conga no va”, el Estado debe conversar. Asimismo, dejó entrever que la próxima semana
volverían a Cajamarca para continuar con su labor de facilitadores.
Esa fue la respuesta de los religiosos al
pedido de varios de comuneros y autoridades que los invitaron a visitar las
zonas que serían
afectadas por el proyecto Conga. El pedido será analizado y la
respuesta está pendiente.
Durante la reunión, Cabrejos y Garatea
escucharon la presentación del magíster en gestión ambiental Wilder Sánchez
Sánchez, quien ha realizado observaciones al Estudio de Impacto Ambiental de Conga.
A su turno, el representante de Plataforma
Interinstitucional de Celendín, Milton Sánchez, agradeció que los religiosos
los hayan escuchado, algo que –dijo– no ha hecho el presidente Ollanta Humala.
Sánchez aseguró que el proyecto Conga es
inviable técnica y socialmente. Además, precisó que los cajamarquinos no son manipulados por nadie.
Un discurso similar tuvo el representante
de Bambamarca, Edi Benavides, quien calificó a Conga como “rotundamente
inviable” e insistió en que “Conga no va”. Luego indicó que el pueblo debe ser
quien decida el tema.
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