El mayor capital de
una nación es el capital humano. Respóndete estas preguntas y gana una
respuesta sin contaminación:
¿Con la inversión
minera en Perú se invierte en el capital humano? Con la minería se
atenta contra el medio ambiente sí o sí y para que el humano pueda vivir y
superarse, como requisito, antes que nada, necesita del medio ambiente.
¿Capital humano en Perú? Todos los trabajadores rasos en una minera, del
subsuelo, son peruanos, provincianos por lo general. Los que gozan de
beneficios y tienen altos cargos son, en su mayoría, extranjeros o pertenecen a
la capa peruana inamovible, citadina, injustamente beneficiada en una nación de
beneficios extremadamente dispares.
¿La minería es una
inversión con futuro? En la actualidad la humanidad afronta graves problemas por el consumismo,
exterminación de recursos naturales, abuso de las industrias extractivas,
contaminación, explotación laboral,… Entonces, algo anda mal indudablemente.
Tenemos que dar el salto y no seguir con ese continuismo destructivo. Es
ilógico persistir en lo errado y, peor aún, viendo que, cada vez más, aparecen
alternativas serias de cambio en el planeta. Y lo sarcástico en nuestro caso,
es que Perú puede vivir con inversión ecológica, responsable y
sin minería, tan solo con arreglar el problema de la redistribución. Menciono 6
pilares, de allí se desprenden muchas oportunidades:
La agricultura: podemos ser reyes de
la papa, limón, algodón, maíz, cacao, café, etc. a nivel mundial.
La pesquería: actualmente, en esta actividad, somos el segundo país en el planeta en volúmenes de pesca.
Turismo: no sé qué esperamos para ser una potencia en esta actividad, si muchos países como España, que no tienen la riqueza turística de Perú, convierten esa actividad en uno de sus mayores ingresos, ¿Por qué Perú no invierte seriamente en tal?
La pesquería: actualmente, en esta actividad, somos el segundo país en el planeta en volúmenes de pesca.
Turismo: no sé qué esperamos para ser una potencia en esta actividad, si muchos países como España, que no tienen la riqueza turística de Perú, convierten esa actividad en uno de sus mayores ingresos, ¿Por qué Perú no invierte seriamente en tal?
Si bien estas actividades no van a
convertir a Perú en una nación rica de primer orden, sí le pueden dar la
tranquilidad para dedicarse a otras tareas que sí lo harían. Así como el
desarrollar la economía inmaterial – ‘la economía del saber’, para
resumir a ésta diré a grosso modo sus componentes:
1 Tecnologías de la Información y de la Comunicación e Internet.
2 La propiedad intelectual, que no sólo comprende las patentes y los derechos de autor, sino también: marcas, publicidad, servicios financieros, asesoramiento a empresas, mercados bursátiles, el conocimiento médico (salud) y la enseñanza.
3 Bibliotecas, bancos de datos digitales, medios audiovisuales y juegos de video.
4 La Biotecnología, industria farmacéutica; bibliotecas y bancos de datos tradicionales.
1 Tecnologías de la Información y de la Comunicación e Internet.
2 La propiedad intelectual, que no sólo comprende las patentes y los derechos de autor, sino también: marcas, publicidad, servicios financieros, asesoramiento a empresas, mercados bursátiles, el conocimiento médico (salud) y la enseñanza.
3 Bibliotecas, bancos de datos digitales, medios audiovisuales y juegos de video.
4 La Biotecnología, industria farmacéutica; bibliotecas y bancos de datos tradicionales.
También, tendríamos
tiempo para hacer investigación científica (IC) que se retro-alimenta
con la economía inmaterial y con todas las demás actividades antes mencionadas.
La IC es un mundo por aprovechar y es muy necesaria por todos los problemas
ambientales y sus afecciones al humano en la actualidad. Y Perú, Srs., es un
excelente terreno para tal actividad. Gracias a que tiene casi todos los climas
del planeta, vale decir, tiene mar-costa, sierra, selva. Su biodiversidad es
envidiable, sus culturas ancestrales son riquísimas y son expertas en el
aprovechamiento de la tierra y, sobretodo, en conservarla. Basta con decir que
plantas nuestras son aprovechadas por otras naciones para crear medicinas,
podríamos hacerlo nosotros. Imagínense la fusión de nuestras culturas con la
modernidad de la tecnología, alimentándose entre sí en creación, conservación y
producción, nadie nos para. Este año el periódico uruguayo “El País” entrevistó
a Eduardo Gudynas, Secretario Ejecutivo del Centro Latino Americano de
Ecología Social (CLAES), a propósito de la minería en Uruguay “Los países
mineros quieren dejar de serlo”. Él viene observando hace 30
años, el desarrollo de las industrias de hidrocarburos y la minería en el
continente. Sus conocimientos son muy importantes, acá algunos puntos
preocupantes al respecto y que deberíamos analizar antes que sea tarde
- Los costos derivados de los impactos
sociales o ambientales que tienen los emprendimientos mineros y que no son
contabilizados por los ministerios de Economía. Así como la pérdida de renta
agrícola-ganadera por los terrenos que se van a reconvertir en minería.
- Los gastos por los daños ambientales.
En Ecuador, por la contaminación por la explotación de petróleo, la Justicia
concluyó que tenía que pagar la empresa privada 8.600 millones de dólares. Eso
nos da una idea de cuánto afecta
- Acentuarle al país un perfil de
productor de materias primas inhibe otras opciones de desarrollo. Eso se
denomina en la jerga de los economistas como “la enfermedad holandesa”, por una
fase que pasó Holanda de exportar muchas materias primas. Entonces la moneda
nacional se revaluó mucho, se compraron muchos bienes de consumo en el
exterior, no se fortaleció la industria nacional -que es la que más genera
empleo- y todo eso quedó muy dependiente de los altos precios de esas materias
primas en los mercados internacionales o en los pocos mercados que las compran.
Así la economía se vuelve cada vez más endeble.
- Cualquier atracción de inversiones
está bien vista y no se la hace pasar por un cernidor de qué empleos genera o
no genera y qué encadenamientos productivos puede o no proveer al país.
- El impacto territorial. La minería lo
que hace es reconfigurar el territorio que se da en concesión, donde
productores rurales dejan de tener control sobre su tierra. Hace 20 años, en
1990, en Perú había dos millones de hectáreas concedidas a mineras; en 2010
eran 21 millones de hectáreas.
- El material removido, sustraído y de
desecho en el lugar. A eso se le llama “mochila ecológica” de las
exportaciones. Ese es un cálculo indispensable para hacer cualquier evaluación
seria del impacto ambiental. Ese dato no se conoce. Y el oro es el que
tiene la mochila ecológica más grande.
- Aceptar el impacto ambiental y a
vender energía barata y agua barata para atraer inversiones. En vez de ser una
economía de punta que intenta despegar, se es más a una economía propia de los
países mineros africanos que aceptan la llegada de estas empresas.
- En los países donde el control
ambiental es riguroso y complejo los costos de operación suben mucho y se hace
inviable hacer la extracción. En Perú hay miles de minas abandonadas que dejan
en manos del Estado la remediación ambiental final de la mina abandonada porque
las empresas que tenían la concesión desaparecen. Y los costos de la
recuperación ambiental y la solución de los problemas de contaminación de las
minas abandonadas exceden, en muchos casos, las ganancias que
daban para el Estado esas minas en su fase de operación.
Leyendo a este especialista me reconfirmo en mi idea
inicial: la minería por sus altos costos negativos no es ninguna de desarrollo
y menos en Perú. Acá ni siquiera tenemos una nación con identidad ni muchos
otros problemas sociales resueltos. Y si estuviesen resueltos, ni hablar
aceptaríamos algo tan nocivo. Es por eso que los monstros de la minería no se
encuentran en países desarrollados que cuidan de sí. Debemos mejorar sí, pero
teniendo tantas alternativas, no se puede matar a la gallina de los huevos de
oro.
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